Este año abrimos todo el mes de agosto, en horario habitual. No podremos tener esos barcos fabulosos que parece que te regalan cuando te bajas la aplicación de Instagram. Pero queremos convenceros de los pros que tiene quedarse en Sushiteka y sobre todo, de los contras que tiene ir a la playa. Si vais de vacaciones a la playa, siempre tendréis un colega enterado… Ese que suelta la frase “Yo conozco una calita donde no va nadie, pero hay que caminar un poco”. La traducción es que os vais a pegar una caminata de las buenas, con piedras, hierbajos, tú, que vas con las chanclas tanguilla para hacerte el moderno y no tienes el pie adaptado. Es la muerte, pero claro, un paraíso aún por explorar lo merece.

Cuando consigues llegar a la calita desierta después de atravesar el abismo de Helm, ciénagas, Invernalia, nuevo Mexico y Villarrabines, la playa está llena de italianos con resaca… ¿No era desierta? ¿Cómo llegan allí? ¿Forman parte de la fauna y flora de las calas desiertas? Si os da por ir a una playa convencional, hay otro hándicap que no tiene cenar en Sushiteka. Las duchas de la playa. Porque no, amig@s, hemos llegado a la conclusión de que no nos diferenciamos por razas, ni por clases sociales, solo hay dos tipos de humanos, los que se duchan con gel en las duchas de la playa y los que no… Ohhhh que miradas de desprecio a esa gente, que asco, están por debajo de lo que es la raza humana, los miras como diciendo “maldito miserable” ¿quién osaría a ducharse con gel en la playa? Nadie… Vale, sí, lo admitimos, nuestra madre nos duchaba en la playa de pequeños. Que siempre pasaba la chavala que te gustaba por ahí… Además, ¿os habéis fijado en una cosa? con lo que nos quieren nuestras madres, lo dulces que son, lo que nos miman ¿por qué esa brusquedad a la hora de duchar a los niños en la playa?  

Te cogen de un brazo y te pegan un tirón que te dislocan el hombro, me recuerda a los documentales de monitos cuando la madre lo zarandea de un lado a otro, “ven pa ca”, “ahora levanta los pies”, que para sacarte la arena de los pies te cogen el pie como si estuvieran limpiando un congrio… que piensas para ti, “ahora me quita las tripas y me pone en el horno a la sal…”

Por si fuera poco, en Sushiteka jamás tendréis un amigo que os diga “¿Por qué no vamos nadando hasta la boya?” ¿por qué quieren ir allí? ¿con que fin? ¿te dan algún premio? No lo hagáis, no se gana nada, llegas ahogado y luego tienes que volver, además nosotros no hemos cedido, no hemos ido nunca, pero estamos seguros de que llegas allí y está lleno de italianos con resaca…